Ginebra, Suiza, 22 de junio de 2025.- Actualmente más de 1.2 millones de afromexicanas sufren de alguna violencia múltiple, como la sexual, la obstétrica, la escolar o la familiar, además de que el 56.7% de ellas ha sido víctima de violencia sexual y el 51.3% ha recibido comentarios ofensivos por su origen étnico, advierten las organizaciones Colectiva de Mujeres Afromexicanas en Movimiento (MUAFRO), Mano Amiga de la Costa Chica y Afropoderosas.
Lo anterior, como parte de los
resultados obtenidos por su investigación Mujeres
Afromexicanas frente a las Violencias Múltiples, ejercicio estadístico
realizado ante la omisión e invisibilización histórica que el Estado Mexicano
ha tenido frente a las violencias que enfrenta este sector de la población.
Durante su participación en la 91ª Reunión del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) de las Naciones, Unidas, celebrada en Ginebra, Suiza, Belén del Carmen Ramírez Lezma de MUAFRO, habló en representación de las organizaciones de mujeres afromexicanas, y describió la situación de violencia que se vive en nuestro país hacia esta comunidad.
Explicó que, como resultado de dicha
investigación, se concluyó que el 98.5% de las afromexicanas ha padecido algún
tipo de violencia durante su vida.
Por tal motivo, MUAFRO recomendó que CEDAW, en coordinación con las organizaciones
de mujeres negras, construyan una Recomendación
General sobre Mujeres Afrodescendientes, en donde se visibilicen las
violencias, racismos y opresiones que enfrentan las mujeres afrodescendientes
de América Latina y el Caribe.
“Es fundamental crear acciones
específicas dirigidas a juventudes indígenas y afromexicanas, puesto que somos
el sector etario en el que se recrudecen las violencias y desigualdades”.
Asimismo, hizo en este foro una serie
de recomendaciones a los organismos internacionales y al Estado Mexicano para
combatir la violencia contra la mujer afromexicana:
·
Incluir
programas y presupuestos destinados a la promoción de los derechos y el pleno
empoderamiento de las mujeres afromexicanas en las reglas de operación de la
Secretaría de las Mujeres, tanto a nivel federal como al estatal o sus
homólogos.
·
El Estado mexicano debe generar datos desagregados en materia de violencias múltiples y racismo, específicamente en niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres afromexicanas. “Exigimos la inclusión de las mujeres afromexicanas en la ENDIREH, para que se diseñen las políticas públicas para prevenir, atender, sancionar y eliminar la violencia contra las mujeres afromexicanas”.
·
Construir
políticas públicas para contrarrestar las violencias contra las niñas,
adolescentes, jóvenes y mujeres afromexicanas con enfoque étnico-racial para
los territorios rurales.
·
Construir
un modelo intercultural de prevención, atención, sanción y erradicación de la
violencia contra las mujeres afromexicanas.
·
Crear
procesos sostenibles de sensibilización e información de prevención de la
violencia a infancias afromexicanas, para que las nuevas generaciones puedan
vivir libres de violencias, discriminación y racismo, lo que fomentaría la participación
de las infancias.
·
Crear
procesos sostenibles de sensibilización e información sobre los derechos
humanos de las mujeres afromexicanas, así como de prevención de la violencia
con perspectiva interseccional, que incluya de manera efectiva a las mujeres
con discapacidad y de la diversidad sexual.
·
Que
el Estado mexicano destine presupuesto a las mujeres afromexicanas que viven en
territorios rurales, debido a que no llegan a ellos los protocolos de
acompañamiento en materia de salud mental.
·
Crear
campañas de comunicación a nivel nacional y culturalmente adecuadas, que
muestren las distintas formas de violencia de género y cómo se vive de manera
diferenciada por las mujeres afromexicanas.
·
Que
la variable de identidad afromexicana se incluya en todos los instrumentos de
captación de información de las instituciones públicas y privadas,
especialmente en las de atención y procuración de justicia.
·
Crear
espacios propios de representación para la población afromexicana para su
atención (institutos, secretarías, direcciones).
·
Implementar
programas de becas dirigidas a mujeres afromexicanas para abatir sus graves
rezagos en materia educativa.
·
El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, los gobiernos estatales y los municipios, deben realizar campañas de sensibilización para eliminar los estereotipos de género que afectan gravemente a las mujeres afromexicanas, particularmente el de la hipersexualización de sus cuerpos en los medios de comunicación y en la sociedad.
·
Garantizar
servicios de salud de calidad en todos los niveles, sin discriminación por
color de piel, posición económica, etnicidad, género ni cualquier forma de
discriminación formal o de facto, que atente contra la dignidad humana,
especialmente en la atención de las mujeres afromexicanas, quienes sufren altos
índices de violencia obstétrica.
En cuanto al matrimonio forzado de
niñas, Belén del Carmen Ramírez solicitó a CEDAW que promueva normas y
mecanismos eficaces para erradicar esta práctica que sigue vulnerando el
interés superior de éstas.
También pidió que inste al Estado
mexicano a que incluya a las afromexicanas en los estudios y estadísticas para
garantizar que sus derechos sean eficientemente atendidos.
“Tenemos hoy una oportunidad de
construir estrategias culturalmente diferenciadas que tengan un efecto positivo
en la garantía de los derechos de las mujeres afromexicanas, especialmente a
una vida libre de violencia. Nosotras asumimos el compromiso de continuar
trabajando por una sociedad más justa, equitativa e inclusiva para construir un
mundo sin discriminación y libre de racismo, donde nuestra voz sea escuchada y
respetada en todos los espacios de decisión”, concluyó.
La participación de las mujeres
afromexicanas en este espacio de incidencia cobra particular relevancia ante el
paso del Huracán Erick por las Costas de Oaxaca y Guerrero, toda vez que son
precisamente las comunidades afromexicanas las que sufrieron mayores
afectaciones como consecuencia directa del cambio climático y el racismo
estructural y, como en todas las contingencias, las mujeres serán las que
tendrán las mayores cargas. Ante esto se espera que las recomendaciones
finales de la CEDAW tengan un impacto real y positivo en las vidas de las
mujeres afromexicanas e indígenas del país.
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