Trámites


Héctor A. Gil Müller

 

La cercanía de un gobierno no puede medirse en eventos, sino en respuestas. Un gobierno abierto no tiene que ver con tiempos sino con criterios. La sensibilidad gubernamental no es solo la inclusión sino la percepción de quienes son beneficiarios y usuarios. Motivar la apertura gubernamental es encontrar, en un sistema burocrático, la eficiencia suficiente para alcanzar un objetivo. Además de beneficiarios de un Estado, somos usuarios, solicitantes y obligados para hacer en consecuencia trámites. Desde la cuna a la tumba hay trámites. El pequeño guion entre la fecha del nacimiento y la defunción incluye una larga y sinuosa relación con el Estado. Una relación en filas, papeles llenados, entregas y solicitudes. Para volver simple esa relación el Estado debe optar algunas veces por no intervenir, cancelando trámites innecesarios. En otros casos la mejora es facilitar e implica la simplificación, cercanía o reducción para un trámite. Agilizar conlleva cercanía, un sentido de urgencia, premura y sencillez.

Los gobiernos cuentan con un ejército, en nuestro caso, de mexicanas y mexicanos que desempeñan una función mientras cargan una pesada losa cultural que determina su reacción. Las conversaciones generan organizaciones afirma el dicho, y sobre la burocracia pesa una percepción de ineficiencia, intransigencia y lentitud. En la tramitología gubernamental hemos pasado de ser solicitantes o usuarios a ser consumidores y eso nos vuelve críticos aplicando la soberanía del consumidor. Comparamos la experiencia con otros, incluso de diversa índole. Juzgamos el trámite desde nuestra experiencia como consumidor de un servicio. Validamos lo que vivimos con cualquier cosa que comparamos y esperamos la misma experiencia, de ahí la complejidad solo por el consumidor. Lo otro es el trámite en sí, una entidad legal, como el Estado, está sujeta a un intrincado y mezclado entramado jurídico de atribuciones, facultades e interpretaciones, no hay mucho espacio para los criterios, para el sentido común que cuando se transcribe en la norma pierde lo común. Es como un animal silvestre que al ser cazado no puede vivir, un fiel enamorado de la libertad.

En el año 2023 México contaba con 1,620,828 personas servidoras públicas en la administración federal y 2,406,436 personas en la administración pública de los estados. Durante un año ese ejército de funcionarios atendió 402 millones de trámites. Es decir 9.4 trámites por ciudadano mayor de 18 años en este país. El 52% de los trámites, según datos proporcionados por el INEGI se realizaron en las propias oficinas gubernamentales, mientras que el 16.2% lo hizo en alguna página de internet. Este último dato es interesante pues de 2019 a la fecha ha aumentado tres veces el uso de portales en internet para la realización de algún trámite. La pandemia nos hizo perder el miedo a la tramitación remota.

La percepción de nuestros malestares también tiene que ver con nuestra propia satisfacción. Las sociedades fuertes hablan de sus propios males, las sociedades frágiles los esconden, una sociedad sabia que aplica sus herramientas lo escribe y comparte de sus soluciones, las sociedades vacías lo ignoran y las sociedades libres lo transforman. La libertad como antecedente del cambio no se refiere a un derecho sino a un estilo, el saberse libre siempre es mas poderoso que una mención normativa. Es tener la capacidad de construir para facilitar, de acercar para resolver y de volver la experiencia, del guion de la vida, mas satisfactoria.

Publicar un comentario

Nombre:
Correo Electrónico:
Página web:
Número Telefónico:
Tu comentario:

Artículo Anterior Artículo Siguiente