El pasado
lunes 8 de septiembre estallaron protestas en Nepal contra la corrupción, a
raíz de la prohibición de varias redes sociales por parte del gobierno. Las
protestas que comenzaron de forma pacífica, con una gran movilización que se
concentró frente al parlamento, se tornaron violentas luego que las fuerzas de
seguridad reprimieran brutalmente las manifestaciones, dejando un saldo hasta
ahora de 22 muertos y más de 100 heridos, muchos de ellos de bala.
Nepal es
un país de 30 millones y medio de habitantes ubicado en Asia del sur,
fronterizo con la India y China, de mayoría hinduista y budista. Rodeado por la
cordillera del Himalaya, el llamado “techo del mundo”, ya que alberga a varias
de las cumbres más altas del mundo, entre ellos el monte Everest.
Este
martes, el primer ministro Khadga Prasad Oli renunció a su cargo como
consecuencia de las masivas protestas que estallaron en Katmandú, capital del
país, y que se extendieron a ciudades como Pokhara e Itahari. La renuncia del primer ministro fue seguida
por la renuncia del ministro del Interior, Ramesh Lekhak, quien dimitió durante
una reunión del gabinete.
En Nepal hay un
gobierno capitalista de conciliación de clases. El país es gobernado por una
coalición de partidos burgueses liberales junto al Partido
Comunista de Nepal (PCN, Marxista-Leninista Unificado), de tendencia maoísta.
El primer ministro renunciante es integrante del PCN.
Nepal
estuvo sumergido en una larga y cruenta guerra civil contra la monarquía que se
extendió entre 1996 y 2006. Ese año se firmó un acuerdo entre el gobierno
provisional de la Alianza de los Siete Partidos, una coalición de partidos
burgueses liberales, y el Partido Comunista de Nepal (PCN). En el año 2008 se
realizó una Asamblea Constituyente que abolió la monarquía y estableció una
república democrática parlamentaria.
Se trata
de un gobierno de conciliación de clases del que participa el Partido Comunista
junto a partidos patronales, lo cual genera confusión sobre su verdadero
carácter capitalista. Es algo similar a lo que ocurre con regímenes como el de
Venezuela o Nicaragua, que se autotitulan “socialista” o de “izquierda”, cuando
en realidad aplican duros ajustes capitalistas y gobiernan en acuerdo con
empresas privadas y transnacionales.
Los
principales socios comerciales de Nepal son India, China y Estados Unidos. En
el país ha crecido la inversión extranjera en los últimos años en el marco de
un acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional en el año 2022,
renovado este año, y que ha generado un gran desempleo, siendo esta una de las
razones fundamentales para el malestar social en Nepal y el estallido de las
recientes protestas.
Entre las
principales transnacionales presentes en Nepal están Unilever, Coca Cola,
Dabur, empresa india de bienes de consumo, especialmente de salud, Suzuki,
Honda, Hyundai, Verisk Nepal, empresa norteamericana de software, Cotiviti
Nepal, otra empresa norteamericana también de software, Fusemachines,
estadounidense, especializada en Inteligencia Artificial, entre muchas otras.
Las redes
sociales y la ira popular
Como
dijéramos antes, la chispa que detonó el estallido popular fue la suspensión el
pasado 4 de septiembre de 26 redes sociales, entre ellas You Tube, X, Facebook,
Instagram y Whatsapp, con el argumento que no cumplieron con el plazo de
registro ante los organismos gubernamentales correspondientes. Y que esta
medida se tomaba contra el uso indebido de las plataformas, a través de las
cuales, supuestamente, “algunos usuarios difundían odio y rumores, cometían
delitos cibernéticos y perturbaban la armonía social”.
La
prohibición de las redes sociales fue interpretada por los sectores populares,
y en particular por los jóvenes, como un intento de censura y de contener
las críticas sobre el nepotismo y la ostentación de los altos jerarcas del
régimen y sus hijos.
Miles de
manifestantes irrumpieron en la sede del parlamento desafiando el toque de
queda declarado por el gobierno, prendiéndole fuego posteriormente e incluso
incendiaron una ambulancia y se enfrentaron con la policía.
La ira popular
acumulada durante años de promesas incumplidas, frustración por los pésimos
salarios, el desempleo y la corrupción rampante, estalló con la suspensión de
las redes sociales. Los manifestantes atacaron e incendiaron casas de algunos
funcionarios percibidos como corruptos. Rajyalaxmi Chitrakar, esposa del
ex primer ministro Jhalanath Khanal, murió tras ser incendiada su residencia.
El ministro de Economía fue lanzado desnudo a un río y golpeado por los
manifestantes, otros funcionarios también resultaron golpeados en las
protestas. Incluso fue incendiada la sede de un medio de comunicación privado,
el Kantipur Media Group, el conglomerado mediático más grande de Nepal, que
incluye diarios en nepalí e inglés y canales de televisión.
Pobreza,
corrupción y desigualdad: el origen de las protestas
El origen
de las protestas hay que encontrarlo en la tremenda pobreza que sufre el pueblo
trabajador de Nepal, que contrasta con los lujos y ostentación de los líderes
políticos y sus familias.
La
mayoría de los jóvenes nepalíes se sienten frustrados y sin futuro, abrumados
por la desigualdad y el desempleo. La tasa de desempleo juvenil en Nepal fue
del 20 % el año pasado, según el Banco Mundial. El ingreso per cápita es de
unos mil 300 dólares al año; 7,5 % de la población se encuentra trabajando en
el extranjero, y las transferencias de la diáspora sostienen el consumo
interno.
Mientras
que los líderes de los tres principales partidos, el Congreso Nepalí, el
Partido Comunista de Nepal (CPN-UML) y el Partido Comunista de Nepal (Centro Maoísta), han sido vinculados a
escándalos que van desde la llamada estafa de refugiados butaneses,
casos de usurpación de tierras. contrabando de oro, corrupción en el marco
de la reconstrucción tras el terremoto de 2015, y durante la pandemia con la
gestión de vacunas contra el Covid 19.
Más
recientemente el caso de una red que engañaba a ciudadanos con viajes a España
bajo el falso pretexto de asistir a una conferencia de la ONU.
La
generación Z sale a las calles
Semanas
previas a la prohibición de las redes sociales, grupos de jóvenes desarrollaron
una campaña en redes sociales, específicamente a través de vídeos en TikTok,
poniendo en evidencia la vida de lujo de los hijos de los políticos, quienes
sin pudor hacen ostentación pública de sus mansiones que poseen, de sus lujosos
vehículos, de viajes al exterior y estudios en universidades europeas. Todo lo
cual contrasta con la pobreza, el desempleo y la falta de oportunidades para
millones de jóvenes de los sectores populares.
Las
protestas han sido encabezadas por jóvenes que se identifican como la
“generación Z”, nacidos entre 1997 y 2012. La campaña impulsada por redes y la
convocatoria a las movilizaciones, tenía dos etiquetas que la caracterizaban:
"Nepo Baby" y "Nepo Kids". "Nepo" es la
abreviatura de nepotismo. Estas etiquetas han ganado gran popularidad y se han
viralizado en las redes sociales poniendo al descubierto a través de vídeos y
fotos, el estilo de vida lujoso de los altos jerarcas del gobierno, sus
familiares e hijos, quienes se han aprovechado de lo cargos de sus padres para
enriquecerse.
Desde la Unidad
Internacional de Trabajadoras y Trabajadores Cuarta Internacional (UIT-CI),
apoyamos incondicionalmente las movilizaciones en Nepal, y somos solidarios con
la lucha de los jóvenes y el pueblo trabajador de Nepal.
El estallido
social en Nepal, un país del que poco se habla, es una expresión más de la gran
crisis que atraviesa el sistema capitalista en su fase de decadencia
imperialista. Un sistema absurdo y desigual que somete a los pueblos a la
miseria y el hambre, mientras políticos y empresarios disfrutan de toda clase
de privilegios, al amparo del control del Estado y los recursos naturales de
los países.
La corrupción, la
ostentación y la pobreza de millones son el caldo de cultivo para que estallen
rebeliones populares, jaqueando a los gobiernos capitalistas.
Por Miguel Angel Hernández,
Miembro de las direcciones del PSL
de Venezuela y de la UIT-CI