En la vida pública de Oaxaca, y en muchas partes del país, hemos visto un fenómeno que lejos de fortalecer la política, la debilita: el chapulineo. Personas que, más que servir con convicción a sus comunidades, buscan su propia conveniencia cambiando de camiseta, de partido o de causa, según soplen los vientos electorales. Para ellos, la política deja de ser un pacto social con la gente y se convierte en un sencillo ejercicio de oportunismo y cálculo personal.
No es casualidad que estos personajes, que nunca han demostrado un compromiso claro con el desarrollo de sus municipios, terminen generando conflictos, divisiones y desconfianza entre la ciudadanía. No saben trabajar por Oaxaca, porque su única brújula es la oportunidad momentánea de subir un escalón más en su carrera, sin importar el costo para las comunidades que dicen representar.
Frente a ese panorama, la unidad cobra un valor incalculable, la gente merece representantes que entiendan que la política es, antes que nada, una vocación de servicio; no una fila de poses y discursos según la temporada. Y en ese sentido, el PRI Oaxaca ha emprendido un camino distinto: aquí hay hombres y mujeres, nuevos perfiles y experiencia consolidada, que no llegaron a la política por conveniencia, sino por compromiso con el bienestar de sus comunidades y la defensa de la democracia.
Nuestros nuevos liderazgos han venido a aportar energía, ideas frescas y ganas de transformar la política desde su esencia, sin dejar de lado el valor que aporta la experiencia de quienes ya han caminado el territorio y conocen sus retos.
Hoy, más que nunca, es momento de apostar por la unidad, la coherencia y el compromiso, porque para quienes no hemos dejado de lado nuestras convicciones, esta es la política que necesitamos construir juntos.
Nombre:
Correo Electrónico:
Página web:
Número Telefónico:
Tu comentario: