“Los Diablos” se encargan de poner el ambiente de fiesta.
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Andrea Martínez.
Huajuapan
de León, Oax.- Los organizadores de la tradicional matanza de chivos que cada
año se realiza en el mes de octubre en la Hacienda el Rosario, ubicada en la
agencia de Santa María Xochixtlapilco perteneciente a este municipio de
Huajuapan, está casi lista; durante estas semanas están siendo solucionados los
pequeños detalles que permitirán el ritual con el que darán inicio a la
temporada de preparación del Mole de Caderas, exquisito y tradicional platillo
nacido en esta “Tierra del Sol”, que ha cobrado gran relevancia a nivel
nacional y que desde hace mucho tiempo fue adoptado por la ciudad de Tehuacán
Puebla, quien disputa la originalidad del mismo.
Primer ritual
La danza del chivo |
Como
primer acto, da comienzo la bendición del ganado que consiste en una
celebración eucarística que tiene por objetivo implorar a Dios que el solemne
acto se lleve a cabo sin contrariedades, a la misa acuden decenas de “matanceros”
que son los encargados de dar muerte a los miles de carneros que serán
sacrificados.
De
manera posterior, los peculiares “Diablos de la Providencia” se encargan de
poner el ambiente a la celebración, durante horas danzan al ritmo de la música
de banda las tradicionales chilenas que hacen que éstos zapateen hasta
contagiar a los visitantes, como símbolo de la fiesta que están viviendo.
Rostros
sorprendidos que por vez primera acuden a ser testigos de la matanza merodean
alrededor de los diablos, éstos a su vez caracterizados con sus máscaras con
cuernos finamente elaboradas, así como sus chaparreras de piel que portan en
las piernas y no podían faltar las botas vaqueras que complementan el atuendo.
Una
vez que la misa ha concluido, la banda sigue tocando y los “Diablos de la
Providencia” ponen el ambiente, para
esperar a que los organizadores vayan por el trozo de chivos.
Por
fin el momento llega, y entre el ganado sacan al de mayor tamaño y peso que es
adornado con coloridos papeles de crepé que simulan flores en el pescuezo del
animal, el cual, es cargado por los “Diablos”, matanceros y jóvenes que se
acercan para poder tener el honor de participar en el ritual.
El
sacrificio de los carneros se efectúa de manera simbólica, pues sólo permiten
observar la muerte de uno de los chivos, el cual es ultimado con una pistola de
salva especial para dicho acto que le clava el diábolo en el cráneo, y de
manera inmediata le incrustan la navaja en el gañote para que éste pueda desangrarse.
Posteriormente
lo trasladan al lugar donde los curtidores se encargan de retirar el cuero del
animal de su cuerpo, y luego los destazadores cortan la carne que será
comercializada en dicho lugar y en la ciudad de Tehuacán Puebla, pues son éstos
quienes surten a dicha localidad de la carne para la elaboración del Mole de
Caderas, platillo suculento que este año es comercializado en 150 pesos.
Inicia el trabajo
Pasado
dicho acto, los matanceros ingresan a la zona de sacrificio donde dan muerte a
cerca de 700 chivos, un acto que se realiza en privacidad por lo impresionante
que puede resultar para algunas personas ver el sacrificio masivo de dichos
animales.
Mientras
tanto, en el interior de la Hacienda todo es fiesta, propios y extraños
continúan bailando con los Diablos, algunos otros degustan bebidas refrescantes
y hasta cervezas, otros prefieren pasar a comer o bien, comprar las caderas de
los chivos para elaborar en casa el platillo.
Los hermanos Maza Santibáñez. |
De
esta forma, inicia la tradicional Matanza, la cual siempre cuenta con la
presencia de personalidades importantes, entre ellas el diputado local por el
distrito XV de Huajuapan, Luis de Guadalupe Martínez Ramírez así como de los
integrantes de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos
Condimentados (CANIRAC).
Finalmente podemos precisar que la matanza de
chivos, organizada por la familia Maza Sánchez, es un atractivo que ha cobrado
fama a nivel nacional y cada año, es visita por un gran número de turistas
procedentes de otras partes del país, quienes vienen a corroborar lo
impresionante de la tradición.