La médico narra cómo la violencia contra ella y sus hijos Yaiza, Lizandro y Hassan, primero era verbal a base de groserías, faltas de respeto por parte de su esposo quien también cuenta con dos especialidades, es médico estético, flebología y linfología, quien por las tardes se ubica en la Clínica Eucaliptos 200 en la colonia Reforma.
A pesar de las denuncias interpuestas en la Fiscalía Especializada de Delitos contra la Mujer y de que el presunto agresor fue vinculado a proceso, no cumple con la responsabilidad de pasar la pensión a sus menores hijos, prácticamente los abandonó quitándoles el patrimonio que juntos construyeron, su casa.
La doctora vive en San Sebastián Etla en una rústica vivienda de adobe y techo de lámina con apenas dos cuartos, en hacinamiento, mientras su agresor se pretende quedar con una casa de concreto con todos los servicios en Privada de San Agustín, carretera a San Agustín, San Sebastián Etla, Oaxaca que durante el matrimonio ambos construyeron.
Para que el hoy especialista lograra las dos especialidades, ella fue la sacrificada, porque mientras el esposo tenía que ausentarse para lograr su preparación médica especializada, hasta viajar al extranjero a diversos cursos, ella tenía que sostener el hogar mediante sus consultas de médico general, pero nada de ese esfuerzo le reconoció.
Hacia afuera, la víctima narra que su agresor es una persona amable, que trata muy bien a sus pacientes, incapaz de decir una grosería y menos alterarse, pero a ella en varias ocasiones le propinó golpes, una vez la intentó ahorcar y todo se derivaba a raíz de que le pedía cumpliera con su responsabilidad económica en el hogar.
Yolanda soportó todo, hasta insultos cuando le gritaba que era poca cosa, “que no era mujer, que era una mierda, una estúpida” y que si denunciaba nadie le iba a creer porque tenía muchos conocidos influyentes que le apoyaban. De ese tamaño se las gastaba el presunto victimario.
Hasta que el 30 de enero del 2020 a las 15:00 horas estando en el comedor con el esposo y los tres hijos en la casa de San Sebastián Etla, cuando el pequeño Hassan empezó a pelear con su hermana Yaiza por una silla; ella le pidió al chamaco que se tranquilizara, pero la discusión entre hermanos siguió.
Y fue cuando el padre de los chicos intervino y se les fue a golpes a Hassan hasta tirarlo al piso, lo golpeó con saña, el menor de edad estaba tenso, pálido y en su desesperación el pequeño tomó un cuchillo de tenedor y dijo que lo iba a matar, ella lo abrazó para que las cosas no pasaran a mayores hasta que se calmó.
Ahí fue cuando decidió interponer la denuncia por violencia intrafamiliar y desde entonces están separados. Sus hijos al igual que ella reciben terapia psicológica, porque también resultaron afectados por la violencia ejercida por el padre.