Héctor Gil Müller
El mundo ya ha
perdido la cuenta de las ocasiones en que ha estado al borde de una guerra
comercial. La práctica reiterada de la amenaza de aranceles entra a un nuevo
capítulo a pocas horas del cierre del nuevo plazo dado por el mandatario
americano, nuevos aranceles se presentan como sanciones por diversos actos que han
salido a escena, a Brasil, ante el proceso judicial contra Bolsonaro, EUA ha
emitido una orden para gravar con el 50% las importaciones de ese país. Los
productos de Cobre también han aparecido entre la larga lista de bienes sujetos
de la tarifa, en este caso alegando la seguridad de la industria local del
cobre.
Todos los gobiernos afirman estar en
condiciones para obtener un acuerdo favorable pero mientras tanto las amenazas
van y vienen. El mejor combate a la incertidumbre es el respeto a la visión.
Cuando tenemos claridad en los objetivos ajustamos la estrategia a los mismos.
Cuando graduó de Radcliff College en
la Universidad de Harvard, Hellen Keller llamó la atención de muchos medios de
comunicación que querían retratar la nota de la primera persona sordociega en
conquistar un título universitario. Entrevistada al final de la graduación, uno
de los reporteros le cuestionaba sobre lo peor que había vivido en su trayecto
como universitaria; el reportero esperaba una respuesta que le relatara todas
las complicaciones, problemas, injusticias, frustraciones e incluso heridas que
cualquier persona en su estado hubiera sufrido. La señorita Keller pensó un
poco su respuesta y con total tranquilidad y seguridad que le caracterizaba le
dijo: “Solo hay algo peor que ser ciego, y es no tener visión”.
Estamos donde estamos por lo que hemos
dicho, el lenguaje es algo más que una descripción y se convierte en una
construcción, y esto no es mística al contrario es lógica. Todos nuestros
problemas o son heurísticos o son aritméticos. Y las dificultades son porque no
decimos lo que pensamos o no hacemos lo que decimos. El único gobierno de lo
que decimos está en la visión, en lo que pretendemos alcanzar y lograr. La
intensión que se encuentra en nuestra pretensión.
Me gusta la creación de palabras, lo
cual no es algo reservado a este tiempo. Cuando estoy frente a una nueva
palabra me siento parte de la historia de la humanidad. Siempre hemos buscado
nombrar aquello que se vive, necesitamos un nombre para recordar, para
comprender, pero también para anhelar. Antonio Machado escribió: "Hemos de
vivir en un mundo sustentado sobre unas cuantas palabras, y si las destruimos,
tendremos que sustituirlas por otras"
Agnorante es aquella persona que es
ignorante, pero a la vez arrogante. Esta nociva combinación ya ha sido
observada en el llamado “efecto Dunning-Kruger” en el cual los individuos
incompetentes tienden a sobreestimar su habilidad, mientras que los individuos
altamente competentes tienden a subestimar su habilidad. Esta combinación es
peligrosa ante la economía mundial, la alta inflación y los mecanismos que se
insisten para aventajar. Sin una visión la ignorancia es arrogancia. Pensamos
que el mejor destino es a donde vamos y no a donde queremos ir. Las estrategias
económicas parecen ser contrarias a un populismo que clama la venganza por
justicia. Los estímulos fiscales y los incentivos a la inversión no son las
figuras predilectas de una agenda populista, pero son herramientas en medio de
la incertidumbre, en un mundo convulso que no tiene visión.